La provincia patagónica tal como anunció en la última sesión del Consejo Federal Pesquero inició una unilateral prospección de langostino, en aguas de su jurisdicción dentro del Golfo San Jorge, y que se extenderá durante tres meses.

El ministro de la Producción de Santa Cruz, Gustavo Martínez, comunicó al CFP que iniciaba una ‘investigación en el Golfo San Jorge’, con dos buques fresqueros, en tres etapas: a fines de enero, a fines de febrero y a fines de marzo, con una duración de dos días cada una, en doce (12) puntos de muestreo, lances de 10 minutos de duración y con Observador provincial a bordo de cada buque. Dijo que una vez finalizada la experiencia los informes resultantes serán puestos a disposición del CFP.

De este modo, Santa Cruz vuelve a amagar con romper el convenio del golfo San Jorge, caladero que tiene una administración conjunta con la provincia de Chubut; pero que en rigor no tiene constituidas ni su Comisión Técnica, ni su Comisión Ejecutiva. El convenio está vigente desde enero de 2006 y tiene como objetivo central “lograr la explotación ecológicamente sustentable de los recursos pesqueros”.

En el año 2018, a través de la Resolución N° 7/18 el Consejo Federal Pesquero aprobó las medidas de administración de la pesquería de langostino (Pleoticus muelleri), que integrarán el Plan de Manejo de la especie.

En el Anexo I, en las disposiciones relativas a la gestión interjurisdiccional armonizada de la pesquería se estableció en el Artículo 1°: “Las Provincias del Chubut y de Santa Cruz se comprometen a no permitir la captura de la especie langostino en todo el Golfo San Jorge por el corriente año y hasta por un período de 5 años, compromiso cuya continuidad se comunicará en forma expresa a la Autoridad de Aplicación antes del 1° de diciembre del año previo”.

Cabe recordar que, en ese momento, presidía el CFP, Juan Manuel Bosch, y eran representantes de Chubut, Adrián Awstin y de Santa Cruz, Carlos Liberman, y la Resolución N° 7/2018 fue aprobada por unanimidad. La veda permanente le provocó cuestionamientos iniciales a los consejeros de ambas provincias, pero a la postre y a la luz de la evolución de la pesquería fue una medida oportuna y acertada por la salud del recurso y la sustentabilidad del sector langostinero en su conjunto.

A raíz de esta veda, se acordó compensar los efectos de los compromisos provinciales asumidos, “en la medida en que no se permita la captura de langostino en el Golfo San Jorge”, con la asignación a cada una de las Provincias de un cupo social de 3.800 toneladas anuales, para que sean utilizadas por los buques fresqueros que esas Provincias aludidas. Tales buques deberían desembarcar la totalidad de las capturas de langostino en dichas provincias.

El actual gobernador Claudio Vidal ha tenido una muy particular forma de “persuadir” al Consejo Federal Pesquero durante su primer año de gestión. Amenazando que no acompañaría la recuotificación de la merluza común por otros 15 años, condicionó el apoyo de Santa Cruz a que le sea ampliado el porcentaje de cuota social.

Así, Santa Cruz logró asegurarse en concepto de reserva social, a partir de 2025 y hasta el 31 de diciembre de 2039, el 4,8% de la Captura Máxima Permisible (CMP) de la especie Merluccius hubbsi; lo que hoy representa unas 20.000 toneladas.

El mismo método vuelve a ser aplicado para el langostino. El gobierno de Vidal inició una prospección por tres meses y amenaza con romper el convenio del golfo, abrir la pesca de langostino en aguas provinciales y dejar sin efecto la veda permanente que rige desde 2018.

Sostiene que la compensación de 3.800 toneladas de reserva social ‘es insuficiente’ y busca que ‘bajo presión’, diferentes grupos empresarios con inversiones en Santa Cruz vayan obligatoriamente a descargar a sus puertos cuando estén pescado en la temporada de langostino de aguas nacionales. Cuestión a que las empresas no están obligadas porque al faenar en nación tienen libertad de llevar sus capturas a los puertos que les resulten más operativos y convenientes económicamente.

Pero si Santa Cruz no logra su cometido, que el Consejo Federal Pesquero le aumente la reserva social y que las empresas acepten la imposición de ir a descargar a sus puertos, la provincia dejaría sin efecto el acuerdo de mantener la veda.

El Golfo San Jorge es una zona clave para la reproducción del langostino. Esta área, vedada tanto por la provincia de Chubut como por Santa Cruz, es el lugar donde el langostino nace y se cría antes de migrar a aguas nacionales, donde es capturado por la flota pesquera nacional.

Desde el INIDEP sostienen que la medida de manejo, adoptada en forma conjunta en 2018, ha sido clave para que la pesquería haya tenido la evolución de lograr capturas anuales que rondan las 250 mil toneladas.

Romper ese esquema unilateralmente, como forma de negociar, -aunque se asemeje más a una extorsión-, hace que la pesquería de langostino esté en cierto punto bajo amenaza.

En la primera sesión de 2025 del Consejo Federal Pesquero, Santa Cruz anunció el inicio de una prospección durante tres meses, pero llamativamente ningún representante de otra jurisdicción expresó queja o preocupación.

El 5 de diciembre de 2025, el gobernador Claudio Vidal copó el Consejo Federal Pesquero y antes que votaran la cuotificación, les exigió y logró que le multipliquen la cuota social de merluza. Al punto que arrió a todos los consejeros, incluido el subsecretario Juan Antonio López Cazorla, para que ‘posaran’ para una postal, donde Vidal se ubico en el centro de la escena con el puño cerrado en alto, en señal que había triunfado y disciplinado a los miembros del CFP.

Ahora, Santa Cruz patea el tablero del langostino, sin reacción política del resto de las provincias. El interrogante es si esa postal volverá a repetirse.

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