Insólito y bizarro resulta el planteo que la conducción nacional del SOMU le llevó al subsecretario de Recursos Acuáticos y Pesca, Juan Antonio López Cazorla.
Los mercados internacionales continúan retraídos y es fuerte la caída de la demanda del langostino entero congelado a bordo, lo que lleva a replantear el esquema de producción y adaptarse a los productos que el consumidor demanda.
El SOMU se niega a incrementar el porcentaje de procesamiento de cola de langostino a bordo y pretende definir qué tipo de productos deben exportar las pesqueras.
Alguien se imagina, en su sano juicio, que un gremio le sugiera a Bulgheroni que tipo de petróleo debe extraer y exportar. O que el sindicato de la carne pretenda decidir qué cortes de la vaca van a exportación.
Los acólitos de Raúl Durdos presentaron ante el presidente del Consejo Federal Pesquero una queja para que los barcos congeladores no incrementen el procesamiento de cola a bordo, aduciendo razones ambientales y porque a los marineros les provocaría “afecciones en las articulaciones de las manos”.