El ardid utilizado para desmantelar las movilizaciones de trabajadores de plantas pesqueras y de la estiba a la capital de Chubut, con un llamado a prospección que “era una farsa”, lejos de representar un aporte a la paz social ha exacerbado ánimos porque los sindicalistas y sus representados se vieron manipulados por el Secretario de Pesca y un sector de la flota amarilla de esa provincia.
A 19 días de un recambio institucional de Gobierno, se abre una semana donde sigue siendo incierto el inicio de la temporada de aguas provinciales, actividad de la que dependen miles de familias, y está trabada básicamente por la controversia que mantiene la conducción de la flota amarilla, un grupo de empresas de estiba de Rawson y el SUPA. En el medio, las plantas de procesamiento señalan que no pueden afrontar la suba del costo de la estiba en los términos que se acordó la suba salarial para el sector del orden del 160%.
Hace más de un mes que se está en este punto y el Estado ha permanecido ausente en su rol de dinamizador de las tensiones entre sectores laborales. La Secretaría de Trabajo de Chubut no ha hecho ningún aporte en tender a zanjar el conflicto, ya que no hay voluntad política del Gobierno en tal sentido.
La Secretaría de Pesca le echó nafta a un conflicto, aún contenido, al haber burlado a los gremios para que no se movilicen, convocando a una prospección y al mismo tiempo pidiéndole a las empresas que no nominen ningún barco.
Esas decisiones políticas no serían inocentes, sino que esconderían la intención de fondo de seguir fogueando un clima de creciente crispación, para que se llegue a un recambio institucional con una de las principales actividades económicas de Chubut en plena ebullición.
Ignacio Torres asume la gobernación el 10 de diciembre y Mariano Arcioni tiene asegurada su banca en el Parlasur, pero bastante lejos de Chubut, en Montenvideo, donde delibera ese parlamento latinoamericano.
El martes se movilizan a Rawson, estibadores de toda la provincia que irán a expresar el fuerte tono crítico del manejo de la administración pesquera, pero también contra los sectores empresarios que han forzado esta situación. Ese día, por la tarde, el STIA realizará una asamblea con delegados de toda la provincia y evaluarían ir también a Rawson a manifestarse.
Si el Estado permanece ausente y deja que el clima de tensión siga creciendo, se configurará un escenario complejo, cuyas derivaciones pueden ser de las más diversas.
Por lo que es crucial el nivel de mesura y responsabilidad con el que transite, cada uno de los actores que componen la industria pesquera, porque la experiencia indica que un conflicto en la pesca salido de cauce provoca secuelas y daños difíciles de mensurar, y mucho más difíciles de reparar.