Hace dos semanas y tras el revés que el Gobierno de Chubut le dio a la Cámara de la Flota Amarilla al darle la razón al SOMU respecto del acuerdo paritario firmado en octubre de 2023, que debían realizarse actualizaciones por inflación a partir de enero, se producía la salida del presidente de la CAFACh, Gustavo González, tras más de cuatro años al frente de la conducción.
Como se dice siempre en este tipo de renuncias, se aducen “razones personales”, pero hubo diferentes interpretaciones de la sorpresiva salida, tras una fracasada temporada de langostino, en la que la dirigencia empresarial tuvo un rol preponderante para ese resultado.
La CAFACh se puso al frente de un conflicto que no era de los armadores y nada tenía que ver con los propietarios de barcos, sino que era una disputa que mantenían tres empresas de estibajes con el SUPA. Dueños de barcos afiliados a la cámara sostienen que ellos no tenían nada que ver con ese conflicto de la estiba y que les era ajeno.
Cerrada la temporada, y sin resolverse el otro frente con el SOMU, que tiene el aval de la Secretaría de Trabajo, con el dictamen a su favor dado a conocer horas antes de la renuncia del presidente de la entidad, hace que haya quedado otro cabo suelto que perjudica a los miembros asociados al nucleamiento.
De hecho, otro grupo de propietarios de barcos liquidó salarios en base al acuerdo que firmó la CAFACh, en octubre pasado, pero ahora se niega reconocer, pescaron hasta el último día porque al haber págalo la actualización operaron con normalidad.
Ahora hay barcos que piensan salir a la merluza o anchoa y estarían incluso a hacer lo mismo que ese grupo de armadores, pagar como se había pautado, y tener actividad durante el invierno, porque no resisten estar paralizados por una errática decisión de la CAFACh que ahora empieza a ser cuestionada internamente, a partir de los resultados.
Con todo, en los últimos días se ha mencionado el nombre de Mateo Mariscal como un posible nuevo referente de la flota amarilla, ya que además de los años que lleva estar en el día a día arriba del muelle, tendría consenso entre el variopinto abanico de empresarios que componen la flota costera de Chubut.
Otros que plantean una oxigenación hasta ven con chances al comodorense Javier Snidersich, dueño de dos plantas de procesamiento y barcos recientemente renovados, con amplias inversiones en Comodoro Rivadavia, que también tiene buena relación con los diferentes propietarios de barcos amarillos y fluidas relaciones con el Gobierno.
También hay algunos más jóvenes que se autopostulan, y en asados, aseguran tener el respaldo del grupo que hace cinco años comandó la entidad empresarial, y esperan ser ungidos en los próximos meses.
Aunque también, hay otro grupo de empresarios de la flota amarilla que en realidad sospechan que ha sido todo un ‘acting’, que la renuncia de GG fue solo para descomprimir la tensión de ese momento, pero que nunca se efectivizó y ‘sigue al frente’ sin exposición.
Fantasmas sobran. Habrá que ver.
