Terminó la temporada de langostino y el SOMU intentaba impedir que los barcos salieran de muelle ni siquiera en pilotaje. Pero esa lógica se rompió en las últimas horas cuando, en medio del paro decretado por el sindicato contra toda la flota congeladora, un grupo de barcos logró soltar amarras y salieron.
Marineros no acataron las directivas de los dirigentes locales del SOMU, empiezan a notarse las fricciones internas y debilitamiento de la conducción, ya que los propios afiliados comienzan a cuestionar sus decisiones.
A pesar de la medida de fuerza, de las presiones y aprietes que hubo para que no se mueva ningún barco que termine de descargar y queden en muelle, en los últimos días salieron de Puerto Madryn más de veinte buques en pilotaje. Las tripulaciones se negaron a quedar de rehenes de una decisión de la dirigencia del SOMU porque la medida terminaba afectando a otros trabajadores que pertenecen a otros gremios, y los propios marineros tampoco aceptaron quedar varados en puerto.
En el muelle se vivieron situaciones tensas donde marineros le reclamaron a la conducción local que habían trabajado muy duro durante la temporada y querían regresar a sus casas para estar con sus familias, que no estaban para nada de acuerdo con esta medida de fuerza y en algunos casos cuestionaron el tipo de reclamo.
“Este año pagué más de dos millones de pesos al sindicato, y ahora quieren que hagamos un paro, sin ver a nuestra familia, para reclamar 15.000 pesos en el básico”, reprochó un trabajador de la marinería al plantarse y criticar el planteo de la cúpula del SOMU.
Se estaba refiriendo a que, por ejemplo, de un tangonero de 1.000 toneladas, un marinero deberá pagar 2.500.000 pesos al año en concepto de cuota sindical. En consecuencia, el básico de medio año se lo come el sindicato. El dato es demoledor.
En este contexto, a pesar de las presiones de la conducción sindical, los barcos salieron y hubo un claro desaire de los afiliados hacia sus dirigentes. Esta situación sumada a la de Rawson donde ya muchos tripulantes que están avisando que quieren salir a navegar, ya que no quieren perder días de pesca que después no se recuperan, marca que muchos marineros ya no se sienten representados por el gremio.
No es casual que estén surgiendo diferentes agrupaciones internas que suman voluntades con fuerte tono crítico hacia la actual conducción. En el caso de Rawson, los marineros sintieron el golpe de estar parados y perder la temporada anterior. Esos meses de inactividad no los recuperan con las recomposiciones salariales que se reclaman.
En un mes debiera estar comenzaron la nueva temporada de Rawson y hay temor entre los trabajadores que por la inflexible postura del SOMU se demore el inicio o se ponga en peligro la zafra.
“Esta temporada no la podemos perder. Si alguno no está a la altura de las circunstancias que se corra. Vamos a avanzar con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”, razonó un marinero que pone en tela de juicio el accionar de sus representantes y podría marcar una bisagra en el conflicto.