Con un fuerte tono conciliador y reflexivo, el Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina (Siconara) irrumpió en la escena del conflicto que mantiene la marinería con la flota de Puerto Rawson. Lejos de propiciar una escala de conflictividad apelan a tener en cuenta el contexto global de la actividad y en procura de buscar los caminos para lograr que la temporada de langostino no se pierda.
La conducción del gremio instó a preservar la actividad y las fuentes laborales y a tener una actitud comprensiva del contexto global que enfrenta la industria pesquera, al tiempo de poner énfasis en que políticas gubernamentales han profundizado la problemática al citar como ejemplo la quita de exenciones parciales que tenían los marítimos en el pago del Impuesto a las Ganancias.
“La Argentina es un país azotado históricamente por inestabilidad económica, incertidumbre fiscal y normas inseguras que empujan a los sectores productivos a constantes tensiones tales como los que tenemos en la actividad pesquera”, señala el pronunciamiento firmado por el secretario gremial del Siconara, Jorge Maldonado, y el delgado de Puerto Rawson, Germán Velasco.
Consideran que “es innegable que la actividad pesquera es de los sectores productivos que mayores ingresos generan a las arcas del estado, y generadora de miles de puestos de trabajo; sin perjuicio de ello, los diferentes estamentos del estado pocas veces le dan la trascendencia e importancia que un sector como el pesquero demandan y pocas veces están a la altura de un sector tan complejo como este”, dice el comunicado de la entidad sindical que analiza la cuestión de fondo y no cierra su mirada a lo netamente salarial.
Desde el Siconara “nos vemos en la obligación de exponer que las tensiones que se generan entre los sindicatos y los empresarios, son producto de estas variables que impactan en los sectores productivos y conllevan a negociaciones y enfrentamientos entre los diferentes actores de un sector, pero que en definitiva son quienes terminan pagando los platos rotos de otro actor, que nunca aparece en las negociaciones y no es otro que el estado”, refieren al evaluar los factores que llevaron a que se llegue a este punto.
“RENTABILIDAD AL LÍMITE”
Los dirigentes sindicales trajeron a colación “el reciente retroceso en lo referido al impuesto a las ganancias, vemos como el estado se inmiscuye de manera grosera y violenta en los ingresos de los trabajadores, generando que el poder adquisitivo del mismo sea inferior, y empujándolo a la necesidad de tomar posturas inflexibles en términos paritarios con el único fin de salvaguardar el poder adquisitivo de los trabajadores”, añaden.
Por otro lado, “el atraso cambiario en actividades netamente exportadoras, como la pesca, es otra cara de la misma moneda. Con un tipo de cambio atrasado el sector en su conjunto se vuelve menos competitivo y nuevamente existen menos posibilidades de negociación, por cuanto la rentabilidad del sector se encuentra al límite, generando posturas inflexibles por parte de los empresarios”, mencionan sobre otro componente por fuera de lo salarial que tensiona al sector.
FUENTE LABORAL EN RIESGO
Asimismo, la conducción del Siconara interpreta que “el cambio de patrones de consumo y la competencia mundial en la actividad pesquera, hacen que cada vez se pague menos por el mismo producto, y allí es donde la rentabilidad del sector se vuelve cada vez más ajustada, llevando a la difícil tarea de lograr acuerdos cuando todos los actores sienten que su posición es peor que antes generando conflictos que hoy nos atraviesan”.
“Corolario de lo expuesto, entendemos que lamentablemente el sector se encuentra azotado por discusiones que no tienen que ver netamente con pagar más o menos salario, sino que las negociaciones paritarias se encuentran atravesadas por un montón de variables que tornan mucho más compleja la situación, obligándonos a todos los actores a ser muchísimo más responsables a la hora de llevar a cabo una negociación que pone en riesgo no solo la fuente laboral de todos los trabajadores, sino un sector en su totalidad”, trazan como análisis de la realidad.
PIDEN CONVOCATORIA DEL GOBIERNO
Como consecuencia de todo lo expuesto, “solicitamos que en la mesa paritaria que exhortamos se convoque con el fin de discutir y reflexionar sobre la gravedad y magnitud del conflicto, también se siente el estado, pero como un actor más del sector, y sea este quién también demuestre una actitud reflexiva, cediendo en su posición, de lo contrario, no es comprensible como en una silla de tres patas, solo se enfrenten dos y sean estas quienes siempre deban ceder a sus legítimas pretensiones. Estamos convencidos que no hay mejor acuerdo que aquel en que todas las partes sienten que se ganó y se perdió algo”, concluyeron en un comunicado.
PUERTA ABIERTA A POSIBLE ACUERDO
Apelando a la mesura y búsqueda de una salida consensuada, el Siconara tomó distancia, claramente, de los otros gremios como el SOMU, la Asociación de Capitanes, el Centro de Patrones y el STIA, que habían salido a cerrar cualquier posibilidad de acuerdo y profundizando el conflicto.
El gremio de los conductores navales no participó del encuentro de Puerto Madryn donde el SOMU y otras entidades rechazaron la oferta de 1.200 pesos en el precio del langostino para liquidar producción. Haciendo un llamado a que desde el Estado se convoque a las partes para encontrar una salida que no implique perder o poner en riesgo la temporada, es que en medio del conflicto se abre una puerta para lograr un entendimiento, por lo que no habría que descartar que el Siconara ratifique su postura conciliatoria firmando un acuerdo en los términos que se ha ofrecido.