“La industria pesquera argentina está atravesando una situación muy delicada como producto de la pérdida de rentabilidad y competitividad de sus principales explotaciones”, advirtieron diferentes cámaras pesqueras marplatenses al exponer el estado del sector.
Advierten que esta situación no tiene su génesis en los últimos meses, sino que viene gestándose desde hace varios años donde coinciden periodos de atraso cambiario, con la caída de precios internacionales y la retracción de los mercados.
“Muestra de ello es la declaración de emergencia pesquera, por la que están atravesando distintas provincias, cuyas realidades económicas y sociales se ven dañadas producto de la falta de rentabilidad que viene afectando el sector desde hace un tiempo”, puntualizaron.
El planteo lo firman las cámaras marplatenses: Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera (AEPC); Unión De Intereses Pesqueros Argentinos (UDIPA); Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura (CAABPA); Cámara de Frigoríficos Exportadores de da Pesca (CAFREXPORT); Cámara Argentina de la Industria del Pescado y CAPEAR ALFA.
CAMBIO POLÍTICO Y DESREGULACIÓN
Por otro lado, destacaron que “la buena salud del caladero permitió que el negocio siga funcionando con la esperanza que el cambio político trajera un alivio para los sectores productivos y exportadores”
“Sabemos de los esfuerzos que está haciendo el gobierno nacional para contener la inflación, sostener el superávit fiscal, abrir y desregular la economía. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que en un contexto donde seguimos arrastrando niveles de inflación todavía elevados y se siguen ajustado los precios relativos de salarios, servicios e insumos, el ancla cambiaria ha erosionado nuestra rentabilidad hasta niveles que ya son insostenibles”, alertaron desde el clúster pesquero marplatense.
Asimismo, “adherimos al concepto de competitividad no la genera sólo un tipo de cambio alto, pero hasta tanto se bajen los impuestos, los costos y se acomoden los precios relativos, las empresas pesqueras, dependiente de mercados externos, debemos seguir funcionando y esto se está tomando cada vez más difícil”.
SIN MARGEN PARA ESPECULAR
Con todo, analizan la compleja situación de los mercados receptores de los productos de Argentina. “A diferencia de otros sectores exportadores, la industria pesquera no puede especular demorando exportaciones hasta que los precios internacionales o el tipo de cambio real mejoren, ya que se trata de una actividad exportadora de productos congelados de limitadísima posibilidad de mantener stocks a la espera de que disminuya el costo argentino. La estructura de costos del sector es muy ajustada y mantener el producto en cámaras frigoríficas resulta tan caro que el sector se ve obligado a exportar en muy corto plazo, y por ser un alimento perecedero tiene fecha de caducidad”, insistieron.
Y agregan: “En los últimos cuatro años todos nuestros costos han aumentado por encima del aumento del dólar oficial que marca el rumbo de nuestros ingresos. Y en los últimos tres meses, pese a la baja de la inflación, seguimos teniendo aumentos de salarios y costos operativos por encima del tipo de cambio que define nuestros ingresos. Y a esto se suman mercados internacionales a la baja en merluza (por devaluación de Brasil) y langostino.
ALGUNOS EJEMPLOS
“En 2023, los salarios se incrementaron al ritmo del aumento del costo de vida un 210% para el personal de tierra y un 205% para el personal embarcado. Mientras que en lo que va del 2024 la mejora salarial acumula un 152,59% para ambas ramas. Todos aumentos en línea con el aumento del costo de vida marcado por el progreso inflacionario de la economía que, si bien este último cuatrimestre se ha morigerado sustancialmente, señalan un sendero muy por encima del aumento del tipo de cambio. En lo que va del año 2024, el combustible pasó de un costo de USD 0,91 por litro a USD 1,21 por litro”, detallan sobre las variables que conforman la estructura de costos.
“BARCOS Y PLANTAS TRABAJAN A PÉRDIDA”
Mientras tanto, la merluza fresca que venden los barcos fresqueros en banquina se sigue comercializando desde comienzos de año a un mismo precio entre $650 y $700 por kilo.
“Sin dudas, la situación es crítica. No podemos dejar pasar que cada vez con mayor frecuencia, tanto barcos como plantas industriales trabajan a pérdida. Si a esto sumamos la situación que enfrentan las plantas industriales con precios de exportación de filetes de merluza a Brasil, que en lo que va del año han pasado de U$S 3.750 a U$S 3.000 (caída del 20%) y a Europa de U$S 3.600 a U$S 3.200 (caída del 11%) y costos como el de energía que subió en este mismo periodo, aproximadamente, un 300%, claramente podemos deducir que es una situación insostenible para las empresas”, hicieron saber.
“La crisis en las economías regionales impacta fuertemente en las ciudades y en su gente. La industria pesquera significa mucho para Mar del Plata, ya que se encuentra fuertemente relacionada con otras actividades económicas. Constituye uno de los sectores que mayor valor agregado incorporan a su economía y genera más de 37 mil puestos de trabajo directos, que alimentan y dan resguardo a la comunidad”, precisaron en la evaluación.
Finalmente, sostienen que “las pérdidas se pueden disimular disminuyendo stocks, consumiendo el capital de trabajo, comenzando procesos de endeudamiento o liquidando ahorros, pero cuando el flujo es negativo tarde o temprano derivará en una grave crisis”, concluyeron