El conflicto que mantiene completamente paralizada a toda la flota pesquera langostinera tiene como eje central la problemática de los costos de producción, pero sin dudas el componente político y el factor electoral interno del SOMU que este año renueva autoridades, complejiza la situación toda vez que la conducción que lidera Raúl Omar Durdos va por la reelección y este contexto le da plafón para intentar sumar votos en su carrera electoral.

El SOMU rechazó ayer la denuncia parcial de los Convenios Colectivos de Trabajo realizado por las cámaras pesqueras CAPIP, CAPECA y CEPA indicando que no aceptará discutir una revisión de los valores de referencia con los que se liquida el Sueldo Complementario de Producción.

La respuesta al Ministerio de Capital Humano no es solo una respuesta administrativa a un trámite laboral, tiene un contenido político y es que la conducción actual del gremio de los marineros intenta capitalizar este conflicto poniéndose ‘a la cabeza’ de la consigna “no a la baja”.

Durdos y su entorno más cercano interpretan que dilatando el conflicto hará quebrar la postura de las empresas y a fin de mes saldrán los barcos a pescar, y con ello, intentará su segunda reelección exhibiendo que no aceptó la reducción salarial.

En la respuesta que el sindicato realizó ante la cartera laboral aporta imprecisiones y datos que no se condicen con lo formulado desde las cámaras. “No existe motivo alguno para fijar nuevos valores de referencia, estando ellos acorde a los valores de mercado y revistiendo aun coherencia en función del especial y sacrificado trabajo que llevan adelante los marineros”, dice la respuesta elevada a la Directora de Relaciones Laborales.

“Imponen la baja del 60% sobre los valores de producción de la especie langostino e impacta negativamente en el salario de bolsillo de los trabajadores del SOMU, por tanto, su rechazo es enfático e irreversible al igual que el resto de las modificaciones propuestas”, agrega el escrito. Vale aclarar que la presentación de CAPIP, CEPA y CAPECA no piden una reducción del 60% sino del 30% de los valores de referencia.

Agrega Durdos en la respuesta: “Es inadmisible que una industria que como genera 5.000 millones de dólares pretenda maximizar sus ganancias a costa de los trabajadores”, enfatiza. Este otro dato también es claramente erróneo. Nunca la industria pesquera argentina tuvo exportaciones anuales por 5.000 millones de dólares. La pesca es el octavo complejo exportador de Argentina y en los últimos años se han reportado exportaciones que rondan los 1.800/2.000 millones de dólares anuales.

No parece casual que Durdos y su secretario de Pesca, Juan Navarro, respondan a la autoridad laboral nacional con estos datos inexactos, sino que tendría como objetivo dejar que el conflicto prosiga. La lógica que aplican es que no ceder los posicionará de cara a las elecciones internas donde buscan la reelección.

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