Sin margen para muchos lamentos, la situación de la industria pesquera argentina tiene sus números en rojo, y ya no hay margen para no aplicar ajustes. El mercado internacional que a diario revisa el estado general de sus clientes sabe y conoce en qué posición están las empresas pesqueras de Argentina.
Hay peligro que no haya temporada de langostino en aguas nacionales. El dato es categórico. Hoy toda la flota congeladora tangonera, salvo alguna golondrina Tuteur, está parada en puerto porque la ecuación de costos da como resultado rentabilidad negativa, y consecuentemente, las empresas prefieren dejar las unidades económicas productivas amarradas, porque sacarlas a pescar les dejaría pérdidas.
Cinco cámaras empresarias con buques fresqueros de altura avisaron que no irán a aguas nacionales cuando se abra y esto impactará fuerte en las plantas porque no habrá materia prima para procesar. Toda la cadena productiva de la pesca sentirá el golpe este invierno.
Como no se ha visto en décadas dentro del sector pesqueros argentino, empresas agrupadas en las grandes cámaras y las independientes de un barco o diez barcos, coinciden en que en las actuales condiciones no pueden continuar en el ámbito de la pesquería de langostino.
La Seafood Expo Global 2025 de Barcelona que inicia este martes será una caja de resonancia, en lo que refiere a la pesca argentina, de su problemática, y permitirá que se busquen consensos para definir estrategias a fin de buscar una salida.
Como es de prever, el stand de Argentina será inaugurado por el Subsecretario de Recursos Acuícolas y Pesca y contaría con la presencia del Embajador argentino en España ‘en comisión’, aun no ratificado por el Congreso, pero nadie en el sector abriga la más mínima expectativa que desde el Gobierno nacional haya anuncios que le den un respiro a la actividad.
Las empresas buscarán consolidar sus “coincidencias”, en un ecosistema extremadamente heterogéneo, donde siempre han estado marcadas por desconfianzas e intereses cruzados. La madurez que tengan los ejecutivos de las compañías que están ‘arriba de un mismo barco’ dependerá de cómo deciden enfrentar la crisis y exploran soluciones.
