El empresario marplatense Antonio Solimeno analiza con crudeza el contexto actual de la industria pesquera argentina y advierte sobre la necesidad de comprender la magnitud de la crisis del sector. Instó a que los sindicatos y las empresas se sienten a una mesa a discutir costos, sincerando los números.

“¿Qué estamos esperando que la sangre llegue al río?”, se preguntó. Dijo que los valores de referencia de producción de los tangoneros están desfasados de la realidad “y así el negocio no da”.

En tanto, el titular del Grupo Solimeno criticó la voracidad fiscal del Estado, la continuidad de las retenciones y cuestionó el incremento del DUE, considerando insuficiente el congelamiento resuelto la semana pasada por el Consejo Federal Pesquero.

Respecto a la situación de la flota congeladora tangonera que sigue en puerto a pesar de estar habilitada la pesca de langostino en aguas nacionales, fuera de la veda de merluza, según argumentan las cámaras empresarias por la rentabilidad negativa que tiene el negocio con la actual estructura de costos, incluidos los laborales, Solimeno asegura que “lamentablemente, esa es la es la realidad, y no es del año 2025, ya llevamos tres años con este panorama incierto”, aseveró en declaraciones a PARTE DE PESCA.

“El langostino es la punta de iceberg del problema pesquero nacional, es donde está el mayor volumen de facturación, no en volumen de producción, pero el problema en general es el mismo para todos, en mayor o menor medida”, consideró el experimentado empresario pesquero argentino.

“Y, en el caso de la merluza pasa exactamente por el mismo escenario. Tenemos una alta presión tributaria, los impuestos que se van disparando día por día. El tema del DUE, no es un tema menor, se ha disparado exponencialmente. En el caso, puntualmente, del calamar no puede ser que aumentó el 1900%”, cuestionó.

A eso agregó que “los impuestos siguen creciendo, el tipo de cambio que no varía y todo se ajusta por IPC o por inflación, por lo que estamos teniendo un cóctel explosivo”, graficó.

Solimeno profundizó sobre la coyuntura del langostino, con todos los barcos congeladores parados, y consideró que se deberá hacer un ajuste de flota. “También, el tema del langostino se rige con un convenio que tiene diez o veinte años, de cuando se empezó con la pesca del marisco, de cuando se pescaban 2000 kg por día y había una tripulación de 18 hombres. Hoy la tripulación que tenemos es de 30 y los costos que se han disparado”, evaluó sobre la problemática.

Entonces, “ahí tenemos un cóctel explosivo y yo considero que todas estas variables se van a tener que ajustar. No solamente tiene que venir un ajuste en el tipo de flota y quizás haya que analizar los costos de los prestadores de servicio”, amplió.

El empresario pesquero reprochó lo actuado por el Consejo Federal Pesquero al modificar conceptualmente la aplicación del Derecho Único de Extracción (DUE), y la ‘adecuación’ efectuada la semana pasada a la que calificó de “aspirina”.

“Tenemos un Estado que cada día absorbe más del sector privado. Vamos a ser claros, así el negocio no da. Y repito, este no es un problema solamente de tangoneros y langostino, es un problema general de la pesca”, opinó.

“A mí me parece una exageración el aumento del Derecho Único de Extracción; se tiene que pagar por lo que saco del agua. Ahora a mí me ponen un valor sobre el valor FOB y me lo transforman en unidad de pesca”, discrepó al tiempo de mencionar que “ahora el Consejo Federal Pesquero hizo una prórroga de que no se va a aumentar, pero es solo una aspirina, no solucionaron el problema de fondo”, dijo enfático.

Volviendo a la cuestión del langostino y la flota parada, admite que los valores de referencia con el que se liquida producción en los congeladores tangoneros “están desfasados de la realidad”. “Hoy los mercados no dan más. Llevamos tres años de caída, y las cuentas no están dando”, reiteró.

En este contexto, consideró que “el SOMU, maquinistas, capitanes, todos se tienen que sentar en una mesa y hay que buscar una variable. Algo habrá que pensar, habrá que hacer un poquito la imaginación y tenemos que tratar de llegar a un acuerdo”.

“Está claro que en estas condiciones las empresas prefieren el barco en el muelle, porque si no es salir a perder plata. Además, los mercados no están teniendo una mayor demanda”, explicó ‘Tony’ Solimeno.

Consultado sobre la lógica de los sindicatos que niegan la crisis y sostienen que no hay empresas concursadas ni en situación de quiebra, Solimeno se preguntó: “¿Qué estamos esperando que la sangre llegue al río? Entonces, quiere decir que, ¿tenemos que quebrar para ver cómo arreglamos el problema? Me parece que debemos actuar antes de llegar al precipicio”, sugirió mientras insistió en que “habrá que sentarse y ver qué se puede acordar. Vamos a tener que ceder un poco de cada lado si queremos trabajar”, concluyó.

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