Agotadas las negociaciones con el SOMU y sin posibilidad de llegar a un acuerdo, tal como anunciaron las empresas con buques congeladores tangoneros, comenzaron a desarmar los barcos que tenían previsto bajada para esta semana.
La empresa San Isidro de Puerto Madryn tiene los barcos amarrados en Zarate, hasta donde se trasladó a las tripulaciones para embarcar e iniciar la temporada de pesca de langostino en aguas nacionales, pero ante la inflexible posición del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos de no permitir que los marineros que quieran firmar puedan hacerlo, decidieron enviar a las tripulaciones a sus casas y desarmar los congeladores tangoneros.
Si bien había intención y pedido de capitanes y de los conductores navales de salir a hacer algunas mareas, y también voluntad de marineros de firmar, la presión sindical del SOMU para que no embarquen terminó dando por tierra la salida de los barcos, y en el caso de la empresa San Isidro optó directamente por enviarlos a todos nuevamente a sus lugares de origen.
La intransigente y cerrada postura del sindicato de marineros de no negociar con las cámaras empresariales, rechazar todas y cada una de las propuestas formuladas en la última audiencia en la Secretaría de Trabajo de la Nación clausura definitivamente el conflicto; las partes quedaron liberadas, pero tampoco permiten que los marineros libremente decidan si quieren salir o no a pescar, y así queda reflejado en las numerosas y reiteradas denuncias de amenazas e intimidaciones que reciben los trabajadores que muestran voluntad o intensión de embarcarse.
Las empresas ya anticiparon que ante el esta actual de cosas, solicitarán al Consejo Federal Pesquero (CPF) que ante esta situación excepcional donde el sindicato no permite embarcar marineros, se exima por esta vez a las empresas de la obligación de tener que saber los barcos al menos una vez para mantener los permisos de pesca; el tema será tratado en la próxima sesión del Consejo y al estar corroborada la posición del SOMU en las diferentes actas del organismo laboral se daría por justificada la inactividad comercial, por lo que las armadoras no tendrían la exigencia de tener que sacar los buques al menos una marea.
