Desde el pasado sábado se encuentra habilitada la pesquería de la especie Pleoticus muelleri, en aguas de jurisdicción nacional, fuera del área de veda permanente de juveniles de merluza (AVPJM).
La zarpada de las flotas congeladora y fresquera se vio demorada por las progresivas medidas que habían adoptado los gremios marítimos, en rechazo al impacto que tiene el pago del Impuesto a las Ganancias, en sus remuneraciones.
Zanjada la situación con el dictado de la Conciliación Obligatoria, por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación, los buques comenzaron a ser despachados de los diferentes puertos patagónicos y también de Puerto Rosales y Mar del Plata.
El INIDEP indicó en febrero pasado que, a través de los resultados obtenidos en las evaluaciones previas a la campaña realizada en marzo de 2023, “se podría esperar una temporada con características similares a la zafra del año 2022 en aguas nacionales”.
El organismo de investigación concluyó hace pocos días atrás el relevamiento de langostino en el Golfo San Jorge, aguas nacionales y el litoral de Chubut, a bordo del buque pesquero comercial Bogavante Segundo. El objetivo de la campaña tuvo como objetivos verificar la presencia de concentraciones de langostino accesible y vulnerable a la red tangonera comercial en las áreas comprendidas entre los paralelos 43º 10 S y 47º S y al oeste de la longitud 063º 50’ W; analizar la distribución espacial de las hembras maduras y de las hembras impregnadas; estimar los índices de fecundidad y maduración ovárica; determinar la composición y abundancia de la fauna epi-bentónica asociada a los principales fondos de distribución del langostino en el área de evaluación, entre otros. El informe del INIDEP de este relevamiento ingresaría en las próximas horas al Consejo Federal Pesquero.
