“No nos une el amor sino el espanto”, dice la célebre frase de Jorge Luis Borges y resume con categórica crudeza la postal que dejó la cumbre pesquera llevada a cabo ayer en el Aguada Hotel de Trelew, donde en un hecho sin precedentes todo el arco pesquero que opera en Puerto Rawson, en forma unánime, se plantó ante lo que consideran desmedidas demandas sindicales que hacen insostenible la ecuación actual de la industria pesquera.
El variopinto sector privado que integran los propietarios y armadores de la flota amarilla de Chubut se sentó en una mesa y arribaron a la conclusión que son más las cosas que los unen que los que los diferencia.
La crisis actual que enfrenta la pesca por diferentes factores hizo que, en un hecho histórico, desde empresas chicas hasta las más grandes, que tienen barcos de flota amarilla, coincidieran en construir consensos mínimos elementales para actuar cohesionados ante una serie de demandas salariales que los gremios marítimos vienen planteando.
Sin fisuras, en forma unánime, empresas que forman parte de la Cafach, las independientes y la flota artesanal anunciaron conjuntamente que el límite de la negociación paritaria con el SOMU, Siconara y Capitanes será de mil doscientos pesos ($1.200) para el kilo de langostino con el que se liquida a la parte el concepto producción que es el mayor componente de las remuneraciones de los tripulantes.
A esa primera condición se sumó que no habrá revisiones, ni actualizaciones trimestrales por inflación, sino que el valor de $1.200 pesos entra en vigencia desde el 1° de octubre de 2024 y se mantiene hasta el 31 de marzo de 2025, es decir, hasta la finalización de la temporada de pesca de langostino en aguas jurisdiccionales de Chubut.
El martes 8 de octubre de 2024 podría quedar catalogado como un día histórico para la flota que opera en Rawson sobre la especie langostino, y es que, por primera vez, nadie se corta solo, decide por los demás, y cierra acuerdos con sindicatos sin el consenso hacia adentro de las empresas.
Tras diez meses de conflicto, la Cafach mostró signos de debilidad, sin cintura para resolver la situación, con un nivel de desgaste propio de un conflicto que se estiró en el tiempo.
La feria Conxemar de Vigo fue el epicentro donde se empezó a forjar esta apertura ampliada de un espacio interempresarial, ya que como se sabe, la flota amarilla la componen empresas y empresarios con realidades muy diferentes, desde el que tiene un solo barco con un permiso histórico, con otros que amarrocan múltiples permisos nacidos de dudosa transparencia y hasta concentran licencias de pesca artesanal, como también la componen compañía líderes en volúmenes de exportaciones con plantas de procesamiento, hasta pescadores artesanales que tienen su barco como única unidad de negocios.

El sector es muy disímil y heterogéneo, pero la situación económica y la pérdida de competitividad y rentabilidad les dio un baño de realidad a todos por igual. Todos coincidieron que es impagable la actualización salarial con un valor de langostino a 1.500 pesos como pide el SOMU de Rawson, y que el máximo ofrecimiento que harán es de 1.200 pesos.
El denominado ‘Acuerdo de Aguada’, por el nombre del centro de convenciones elegido para deliberar, establece que “luego de una deliberación y análisis de la realidad operativa y económica del sector, resuelven por unanimidad ofertar como única propuesta el pago de la especie de captura langostino por kilo bruto, la suma total y única de mil doscientos pesos ($1.200) por todo concepto que será operativa y abarcativa del periodo de zafra pesquera en aguas provinciales del día 1 de octubre de 2024 al 31 de marzo de 2025”, reza el documento suscripto por todos.
Establece que abarca a todos los gremios del sector: SOMU, SICONARA y la Asociación de Capitanes y Patrones de Pesca, entidades signatarias de los convenios colectivos de trabajo de la actividad. Y les recuerdan a los sindicalistas que un año atrás el valor del langostino era de $600 y ahora la propuesta es de $1.200, es decir, un 100% de incremento.
Este encuentro podría marcar un antes y un después hacia adentro, porque por primera vez actúan en función del conjunto por sobre las individualidades, hecho que durante años le fue funcional a los sindicatos, ya que por realidades diferentes y divergencias con la cámara terminaban acordando con los gremios cada uno por su lado. También es cierto que la Cafach, en épocas de ‘langostinos gordos’, por su precio internacional, realizó concesiones salariales que dejaron a los sindicatos de la flota amarilla con valores salariales que no se encuentran en ningún otro segmento de la pesca argentina.
Así las cosas, Jorge Luis Borges además de acuñar aquella máxima de que “no nos une el amor, sino el espanto”, también lanzó otro filoso apotegma: “Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos”.