La agencia calificadora internacional de riesgo Moody’s advierte en su último informe sobre la compañía gallega, propiedad del fondo americano Platinum, de la debilidad de su estructura de capital, que califica de insostenible.

Grupo Ibérica de Congelados (Iberconsa) enfrenta una delicada situación financiera, derivada de la subida de la inflación y la caída de las ventas de pescado. La empresa con sede en Vigo, que tanteó incluso la compra de Nueva Pescanova, tiene que refinanciar deuda por cerca de 400 millones de euros a corto plazo, que es la cantidad que el private equity pidió a un grupo de acreedores para pagar la adquisición. Una situación que ha llevado a Moody’s a rebajar su calificación de solvencia hasta lo que se conoce como bono basura”, consigna este viernes el diario El Confidencial de Madrid.

Precisa que, en el último informe de la agencia de ratingBering III SARL, la sociedad luxemburguesa desde la que Plantinum controla Iberconsa, ha visto cómo su calificación ha pasado de Caa1 a Caa2, rebaja que también ha sido aplicada al préstamo y la línea de crédito de 375 millones que vencen en junio de 2024. Pero lo más preocupante es que Moody’s ha elevado el nivel de riesgo de impago (probability of default rating o PDR) de Caa1 a Caa3. La visión sobre el futuro de la compañía también ha sido modificada desde estable a negativa, lo que indica que, de haber otro cambio de rating, este tiene más probabilidad de ser a la baja que al alza”, añade el reporte.

“La rebaja del rating de Iberconsa refleja la debilidad de su nivel de liquidez y la preocupación sobre la capacidad de resistencia de su estructura de capital en el contexto de la subida de los tipos de interés y la proximidad del vencimiento de la deuda”, asegura Moody’s.

Iberconsa, que facturó 425 millones en 2022, con un beneficio operativo ajustado de 68 millones, reconoce en el informe de 2021 que una variación del 1% en los tipos de interés de los préstamos a tipo variable tendría un coste adicional de aproximadamente 3,6 millones. Dado que desde ese momento se ha encarecido hasta un 4%, la compañía paga 14,4 millones anuales por su deuda.

Platinum aplicó a Iberconsa la típica estrategia de un fondo de capital de riesgo de endeudar la compañía comprada con préstamos de bancos para pagar al vendedor, en este caso, Portobello, que ingresó 500 millones de euros. Una táctica que consiste en apalancar la empresa con la expectativa de que la generación de caja será suficiente para cubrir las obligaciones con los acreedores. Cuando no ocurre así, el private equity tiene dos opciones: poner dinero nuevo sobre dinero viejo o, como ha pasado recientemente con Telepizza y Pronovias, entregar las llaves a los acreedores, que se convierten a la fuerza en los nuevos dueños, analiza El Confidencial.

Es lo que Moody’s define como “una estrategia agresiva” de operar con un alto nivel de deuda y liquidez limitada. Por ello, también ha revisado a “muy altamente negativa” la calificación de riesgo de gestión. En su opinión, la única forma de “evitar un potencial impago de la deuda” (default) es que Platinum se comprometa a inyectar más dinero en Iberconsa, porque la estructura actual del capital es “insostenible”. Al cierre de 2022, la ratio de deuda sobre el beneficio operativo o ebitda era de 7,5 veces, un nivel que suele ser considerado de alto riesgo.

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