Hoy, Puerto Madryn será sede de una jornada sobre economía circular y gestión de residuos plásticos de origen pesquero. El evento se desarrollará en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET) y reunirá a representantes del sector pesquero, organismos públicos, instituciones científicas y organizaciones de la sociedad civil.
La actividad forma parte del Proyecto MaRes, coordinado por el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia. Roxana Schteinbarg, cofundadora del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) y responsable de la organización del taller, explicó en diálogo con Radio 3 que se trata de una iniciativa de tres años, desarrollada en colaboración con el Gobierno de Chubut a través de una mesa técnica integrada por las áreas de Ambiente, Turismo y Áreas Protegidas, Pesca y la Administración de Parques Nacionales.
En Puerto Madryn se prepara una mesa de trabajo que cruza puerto, cámaras pesqueras, tripulaciones, sindicatos, recicladores, Estado y organizaciones ambientales para encarar el plástico desde su origen y con soluciones medibles. La convocatoria se realiza en el marco del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y del Proyecto Mares, con financiamiento de la Unión Europea y participación de áreas provinciales de Ambiente, Pesca, Turismo y Áreas Protegidas. La premisa es concreta: diagnosticar juntos, acordar prioridades y ordenar una agenda de acciones que mejore la gestión a bordo y en muelle, habilite recepción diferenciada, garantice trazabilidad y sume valorización de materiales para que vuelvan a la cadena productiva.
“Esta jornada nos va a sentar a todos juntos”, remarcó Roxana Schteinbarg, del Instituto de Conservación de Ballenas, en diálogo con #MODO17 por #LA17. La especialista planteó que el plástico visible es solo la superficie del problema y que la salud ambiental y humana se enlazan en la cadena alimentaria. En Chubut el panorama difiere de otros tramos del litoral: al recorrer playas aparecen materiales operativos de la actividad pesquera, por lo que la solución exige acuerdos específicos con el sector y logística pensada para puertos activos.
La hoja de ruta que diseñará el taller apunta a separar, recuperar y trazar materiales desde el primer paso, y a instalar infraestructura de recepción en los puertos para facilitar el reciclado. Allí se juega la diferencia entre residuo y desecho. “Residuo no es lo mismo que basura”, subrayó Schteinbarg, al explicar que lo separado y acondicionado puede transformarse en insumo y mantenerse en circulación, en lugar de convertirse en contaminación que se dispersa y luego regresa como microplástico.
El encuentro también relevará costos e incentivos de la circularidad, para que las buenas prácticas se sostengan en el tiempo y no dependan solo de voluntades aisladas. Participarán equipos técnicos y facilitadores que ordenarán los ejes: gestión a bordo y en puerto, recepción y trazabilidad, valorización y reciclaje, además de marcos normativos y políticas públicas que agilicen la transición. “No hay una única solución para el problema del plástico, por eso hay que abordarlas en forma multisectorial”, afirmó la referente del ICB, al insistir en el enfoque colaborativo.
La articulación es el corazón del plan: cada eslabón conoce su parte del problema, pero solo una agenda compartida puede cerrar el circuito. El Foro del Mar Patagónico —red que integra a 29 organizaciones de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay— y fundaciones como Vida Silvestre y Cambio Democrático acompañan el proceso con metodologías participativas para que los acuerdos bajen a procedimientos, cronogramas e indicadores de cumplimiento.
En paralelo, el monitoreo de ballenas francas brinda una advertencia sobre los efectos acumulados de la actividad humana. Con nuevas tecnologías —incluidos drones— se registran marcas en los cuerpos compatibles con enmallamientos y colisiones. “Los cuerpos de las ballenas nos están mostrando las acciones humanas en el mar”, describió Schteinbarg, al señalar una tendencia global y la necesidad de reducir riesgos con prevención, control y mejoras operativas en faenas y accesos portuarios.
El taller tendrá cupo cerrado y los organizadores difundirán un reporte con resultados y próximos pasos, para que la comunidad conozca metas y responsabilidades. La apuesta es construir un estándar patagónico de economía circular en la pesca que ordene flujos, ahorre costos, mejore la calidad del recurso y reduzca la presión sobre ecosistemas costeros. La consigna es simple: menos plástico suelto, más materiales en circuito y decisiones basadas en datos que midan impacto real.
Fuente: AM 540
