El secretario General de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, Jorge A. Frías, analizó el proceso de negociaciones desarrollado durante el conflicto en la flota tangonera congeladora.
“Cuando comenzamos estas conversaciones, hace meses, sabíamos que enfrentábamos uno de los momentos más críticos de nuestra actividad. Como Asociación, fuimos conscientes desde el primer día que nuestras decisiones no solo afectarían a nuestros asociados, sino al futuro mismo de la pesca marítima argentina y toda la cadena laboral”, dijo el titular de la entidad sindical.
Frías sostuvo que “lo expresado por las empresas refleja un alivio compartido, pero también la madurez de haber entendido que los intereses sectoriales trascienden las internas gremiales y empresarias. Cuando se menciona que ‘se suma a lo ya firmado con Capitanes de Pesca y Conductores de Máquinas’, se reconoce que fuimos parte de un engranaje mayor, donde cada pieza debía funcionar con cierta armonía”, mencionó sobre cómo evolucionó el conflicto y los acuerdos alcanzados.
“Siempre mantuvimos una postura clara: defender la profesionalización de nuestro rol sin desconocer la realidad económica que atraviesa el sector”, señalan desde el sindicato de capitanes.
Frías agrega que en ese marco “asumimos el costo político y emocional de liderar una negociación impopular”, al dar cuenta de las críticas que recibió de los propios sectores sindicales involucrados. “Pescar menos era mejor que desaparecer, sostienen las empresas, y muestra una visión estratégica que privilegia la supervivencia sobre las ganancias inmediatas. Hay una clara conciencia de haber tomado decisiones difíciles pero necesarias. El acuerdo refleja un equilibrio de fuerzas, en el que las partes cedimos terreno con un precio necesario para preservar algo más valioso: la cobertura médica y la economía de esas familias y la continuidad del mismo negocio”, detalla al reivindicar la posición del gremio.
“El énfasis señalado en “entramos juntos y salimos juntos” no es retórica ni extraño para nosotros. Es el reflejo de décadas navegando en formación, donde el éxito de uno depende del cuidado mutuo. Esa cultura marina de solidaridad fue fundamental para evitar que las diferencias nos hundieran”, añade Jorge Frías.
El escenario planteado “nos hace reflexionar que, en ciertas coyunturas, el éxito se mide no por lo que se gana, sino por lo que se logra preservar. El verdadero triunfo aquí no está en los términos del acuerdo, sino en haber evitado “el quiebre sectorial” y haber “recuperado una forma de unidad” de negociar”, continúan diciendo los empresarios. Es la victoria de quienes entienden que, a veces, retroceder estratégicamente es la única forma de asegurar un futuro”, manifestó el titular de la Asociación de Capitanes.
“El compromiso de analizar y revisar los valores de producción de cara al año próximo nos abre una ventana de oportunidad. Como Asociación, nos comprometemos a participar activamente en esa revisión, aportando nuestra experiencia y conocimiento técnico para construir un modelo más sostenible”, adelantó.
“Sabemos claramente que falta mucho por hacer, también sabemos que los Capitanes estamos preparados para los desafíos que vengan. Hemos navegado tempestades peores y siempre encontramos la forma de llegar a puerto seguro. Este acuerdo no es un punto de llegada, sino un nuevo punto de partida. Desde la Asociación de Capitanes de Pesca reafirmamos nuestro compromiso con la pesca responsable, la profesionalización del sector y la defensa de nuestros derechos, siempre en el marco del diálogo y la construcción colectiva”, concluyó.