El empresario pesquero y de la estiba, Luis Santander, dio su versión de los hechos en torno a dos casos ocurridos en el puerto de Camarones que terminó con un estibador accidentado y otro con signos de intoxicación.
Los hechos habían sido dados a conocer a partir de presentaciones que realizó el SUPA Chubut ante la Dirección de Puerto dependiente de la Secretaría de Pesca de la provincia.
“El trabajador accidentado cuando se maniobraba el buque Victoria II estaba para mi empresa de estibajes. Yo creo que no es culpa del puerto, ni de la empresa armadora. Ha sido algo fortuito porque se cortó un cabo y le pegó a Marcelo Pérez. Todos sabemos en el puerto que cuando se están haciendo maniobras, en temporal, no te podes poner parado al lado de la bita”, manifestó Santander.
“Eso es algo de manual, todos los que estamos arriba del muelle lo sabemos, más cuando los barcos hacen maniobras y los spring están tensos. Y a veces esa imprudencia de quedarse parado en ese lugar no se toma dimensión que podes sufrir un accidente”, describió al analizar lo acontecido en el caso del obrero que terminó accidentado semanas atrás en ese puerto chubutense.
Santander interpreta que “en este caso el puerto no tiene nada que ver. El barco pide entrar para descargar, me dan la mano para descargar, el puerto estaba operativo, no estaba cerrado. Y en la maniobra cuando van a correr el barco había gente mirando, un cabo se cortó y le impactó. Pero todos sabemos que no hay que estar parado al lado de la bita de amarre cuando se está maniobrando”, dijo en relación a lo sucedido.
Por otro lado, se refirió a otro episodio ocurrido también en el muelle de Camarones, en este caso en el barco fresquero Nddanddu, propiedad de Santander. “Se detectó que había olor a gas refrigerante. Había un pinchazo en una de las cañerías. Entonces se hace un vacío de la cañería afectada y después de 2 o 3 horas que se ventila se pueda bajar a descargar la mercadería”, describió.
Asimismo, aclaró que esa mercadería no fue intervenida ni decomisada “porque estuvo el Senasa y constató que la mercadería estaba en condiciones. También estuvo presente la Prefectura. Ese langostino se trasladó a planta donde se volvieron a hacer análisis por parte de Senasa y elaboraron un informe diciendo que estaba apto para consumo humano y esa mercadería se procesó. No era que el pescado estaba pasado o en mal estado como dice el SUPA. Tal vez es una desinformación que tiene el secretario del sindicato que no le transmitieron bien lo que había sucedido”, estimó Santander.
“Era un caño de gas refrigerante que estaba pinchado. Se anula esa línea afectada y se continúa refrigerando con las otras líneas. Se retiró el gas en un recibidor que tiene el barco, después se abrió la boca para ventilar. Qué pasó con esta persona, es que aparentemente bajó a la bodega y ha respirado eso”, analizó sobre lo acontecido con el operario que sufrió signos de intoxicación.
“Intervino la Prefectura y el Senasa que emitió informes y dijo que la mercadería estaba bien. No fue intervenida ni decomisada, se la llevó a planta y volvió a ser inspeccionada por Senasa y al estar bien se la procesó”, aclaró Santander sobre el episodio.