En el marco del acercamiento a los Estados Unidos en materia de defensa y seguridad, el presidente Javier Milei recibió en el puerto de Buenos Aires al buque Cutter James, de la Guardia Costera de ese país. La embarcación del organismo norteamericano llegó para realizar en forma conjunta con la Prefectura Naval tareas de patrullaje, con vistas a la prevención de la pesca ilegal en el límite de la Zona Económica Exclusiva, en el Atlántico Sur. Acompañaron al mandatario su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el director de la Prefectura Naval, prefecto nacional Naval, Guillermo Giménez Pérez.
Se trata de uno de los barcos más grandes y más avanzados en tecnología de la flota de la Guardia Costera. Es su primera visita a la Argentina. El año pasado, otro buque estadounidense, el guardacostas USCGC Stone realizó maniobras conjuntas con Prefectura Naval y hasta recaló en Puerto Madryn.

Dos oficiales de la Prefectura llegaron a bordo del Cutter James, que permanecerá en la ciudad hasta el viernes a la mañana. El buque, de 127 metros de eslora y 16 metros de ancho, arribó a la Argentina semanas después de la visita de la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, general Laura Richardson, y de la compra a Dinamarca de 24 aviones caza F-16, con equipamiento militar norteamericano, por 650 millones de dólares, gestos tendientes a afianzar los lazos con Occidente en el escenario global. Al margen de las operaciones de seguridad, la visita es seguida con atención en la Armada y en sectores militares por los avances en el intercambio con el país del norte.
El buque Cutter James (WMSL 754) pertenece a la Guardia Costera de EE.UU. y su llegada al puerto se enmarca “en un momento significativo en la continua colaboración entre Estados Unidos y Argentina, orientada a mejorar la seguridad marítima y combatir actividades ilícitas en el mar”, indicaron.

La tripulación se dedica a misiones que incluyen el combate al tráfico de drogas y la vigilancia de actividades de pesca ilegal, no reportada y no regulada en el Atlántico. “Su trabajo no solo apoya las necesidades de Estados Unidos, sino que también contribuye a la estabilidad y seguridad regional”, informó la Prefectura.
